Los Algarves de Fernando Pessanha




Me gustan las personas que se hacen así mismo. Las personas que son notables por su talento, pero también por su esfuerzo. Me gustan quienes entienden que su éxito sólo tiene valor si aporta algo nuevo o constructivo al mundo, a su mundo más cercano. Por eso me gusta Fernando Pessanha.
Tuve la ocasión breve de conocerlo en la presentación de su libro ‘Subsídios para a História do Baixo Guadiana e dos Algarves Daquém e Dalém-mar’ en la Biblioteca Provincial de Huelva. La exposición del escritor e historiador algarvio sobre su libro fue fugaz, pero muy interesante, tanto que provocó el  deseo compulsivo de querer leer cuanto antes sus textos.


Pessanha está hecho de la misma madera que João Pereira, al que hemos tenido la suerte de encontrar este año en el Club de Lectura de Lengua Portuguesa. Y digo de la misma madera, porque tras estos hombres algarvios hay dos maestros, en el sentido latino del término.  Maestro viene de magister, que a su vez procede de magis, que significa más. 
João y Fernando representan el ‘más’ en cultura y en competencia. Rechazo el tan exprimido slogan en estos tiempos de que ‘más es menos’, yo sí creo y abogo por la abundancia de los conocimientos, saber cosas nuevas siempre es crecer. Ambos son además el prototipo de una nueva generación algarvia inquieta y comprometida con su tierra, con el deber cívico de de compartir su sabiduría, de democratizar la cultura, para que "a través del conocimiento del pasado sea posible la comprensión del mundo actual y sacar conclusiones para el futuro".


Coincido con el  escritor Diego Mesa, del que también estoy deseando sacar tiempo para leer  ‘Viaje al sur de Portugal', que Pessanha es insultántemente joven para lo que sabe. Y a la vez tremendamente tímido y modesto para expresar el grado de conocimiento de la historia, la cultura y la identidad de su Algarve natal, que viene reflejando desde hace años en los artículos del periódico Jornal do Baixo Guadiana y, que ahora, ha reunido en este libro.
Nuestro escritor es un poco camaleónico, a pesar de su sólida formación histórica y de su trabajo en el Archivo Histórico de Vila Real de Santo Antonio, tiene una especial maestría en la ficción e incluso en el piano. Una de mis compañeras del club de lectura me confiesa que Fernando ha conseguido una creación brillante en ‘O Pianista e a Cantora’, romance erótico, del que bien podría aprender el autor de las ‘Sombras de Grey’.


Pessanha fue hilando su conferencia con anécdotas, interrogantes, descubrimientos, mapas, fotos antiguas y curiosidades con el propósito, no sé si intencionado o no, de demostrarnos que la historia de su región es poco conocida y valorada. Que su Algarve, como nuestra Andalucía, ha sido considerado durante siglos como una región periférica y marginal y que, sin embargo tiene una singular riqueza natural, histórica y patrimonial que mostrar al mundo.



Como buen intelectual y maestro dejó muchas preguntas al aire para hacernos reflexionar, para incitarnos a buscar conclusiones en los hallazgos históricos y, también, para encontrar las respuestas en los 50 artículos de su libro.  Aquella tarde noche salieron a colación muchos personajes, lugares y sucesos que explican las relaciones conflictivas de ‘la raya’, de los dos lados de una frontera que desde el siglo XIX dibuja el Guadiana. ¿Dónde está la tumba de Pelayo, Paio Pires? ¿Cómo era Arenilha de Santo Antonio antes de la llegada del Marqués de Pombal? ¿Por qué se construyó esta primera ciudad iluminista? ¿Cómo tras la batalla de las naranjas los portugueses conquistaron Ayamonte? ¿Dónde estaba el Mazagão algarvio? 



Quiero pensar y deseo que aquella conferencia de Fernando Pessanha, aquel niño que escribía brillantes cuentos en la escuela, es sólo el primer fascículo de un catálago de nuevos encuentros con el escritor, porque nos quedó mucho por preguntar y el deseo de saber más, siempre mucho más.

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