Del mar a la sierra, somos lo que fuimos

EVENTOS


Les voy a recomendar una parada cuando entren al Algarve. Una parada en la Casa do Sal, el espacio expositivo junto al campo de fútbol de Castro Marim, aquí siempre suele haber cosas interesantes, y desde este mes de mayo hasta finales de agosto, pueden disfrutar con la exposición etnográfica ‘Do Mar à Serra. Somos o que Fomos’. Es una muestra entrañable, de esas que llegan al alma, en las que se muestran la costumbres tan particulares y maravillosas de esta región.  
 
 
Castro Marin es uno de esos lugares con un don especial a la hora de manifestar y poner en valor la cultural algarvia, sobre todo de elevar la vida sencilla y humilde de sus gentes, esa que pasa desapercibida en los reportajes glamurosos de las revistas de viajes. 
 

Lo hace de manera continua en sus fiestas, en su mercado y mercadillos y ahora también en una exposición que ha contado para su montaje con la colaboración del Museo del Traje de São Brás de Alportel, del Museo Regional de Faro, de la Asociación Cultural Amendoeiras em Flor, de la Asociación Cultural Mito Algarvio, de la Banda Musical Castromarinense, de la Casa do Povo de Azinhal, de la Santa Casa da Misericórdia de Castro Marim, de la Asociación A Moira y de la Cámara Municipal de Alcoutim. 
 

Entre todos han conseguido retratar el pasado de Castro Marim y también de toda la región, con la recreación y la explicación de las escenas más cotidianas de sus gentes en otros tiempos no muy lejanos. ‘Do Mar à Serra. Somos o que Fomos’ es una ventana para asomarse a la esencia del Algarve, a ese pasado que nos hace entender buena parte de su presente y que tiene mucho que ver con las cosas que tanto nos atraen a esta tierra. 
 

La exposición recrea las costumbres y los modos de la vida algarvia en el pasado y recuerda además algunos de los personajes más emblemáticos del tiempo que ya se fue. No podía faltar el aguador, el cabreo, el salinero, el tabernero, la mujer en el hogar, o la trabajadora de las conserveras de sardinas. 
 

Los detalles de cada escena están especialmente cuidados; los recuerdos están tan bien cosidos que despiertan deliciosas y tiernas historias en nuestra imaginación donde estos maniquíes cobran vida. 
 

Pasen por ella y no se olviden de llevar a los más pequeños, no sólo porque van a encontrar muchos objetos desconocidos para ellos y unas formas de vida muy diferentes a las suyas, sino también porque les servirá para aprender que todos somos o seremos pasados, incluso los que hoy son futuro. 
 

La Casa do Sal está abierta todos los días, entre las 10.00 y las 13.00 horas y de 14.00 a las 18.00 horas.

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