
Cacela Velha lleva aparejada siempre el calificativo de encantadora. La mires por donde la mires,
este balcón sobre la RÃa Formosa está impregnado de belleza, de misticismo, de
embrujo. Por eso, es difÃcil resistirse a cualquier evento que aquà se celebre;
porque el marco acaba haciendo que el acontecimiento sea especial. Y asà ocurre
en las Noches de Encanto, tres dÃas de julio en los que las tres calles de esta
pequeña aldea rememoran su pasado árabe, aquellos años en los fue Qastallat, un próspero enclave musulmán.
Después de una preciosa tarde de baños en la playa de Manta Rota, decidimos acabar el dÃa conociendo las Noites d'Encanto de Cacela Velha, con ello apagamos la curiosidad que venÃa encendida desde hace años por un evento, al que, al final, nunca podÃamos ir.
Si los mercadillos de Cacela Velha siempre llenan de coches y de gente esta diminuta localidad, no iba a ser menos uno de sus eventos más famosos en toda la región, aunque, la verdad, no creÃamos que tanto. Nada más llegar desde la carretera de Manta Rota, sobre las 21.00 horas, los aparcamientos ya estaban llenos y dos guardias nacionales nos fueron dirigiendo a los que sobre esa hora llegábamos a aparcar en el arcén de la carretera que te lleva hacia Vila Nova de Cacela.
Entrando en Cacela Velha una banda de músicos nos animaba a seguirlos y a recorrer las calles de la vieja aldea, que para la ocasión se habÃa 'vestido' de un sugerente zoco árabe.
Los tenderetes unÃan a mercaderes con productos del otro lado del estrecho con productores y artesanos locales. Una mezcolanza del pasado y del presente del Algarve.
En ambos lados de las calles se exponÃan las mercancÃas más sugerentes: alfombras de Alibabá, grandes espejos, frutas y alimentos mediterráneos, artÃculos de cuero, colgantes, jabones.

Después de tantos años viniendo aquÃ, Cacela Velha la podemos recorrer con los ojos cerrado, pero aquella noche habÃa que abrirlos más que nunca porque en cada calle, en cada rincón o esquina habÃa un detalle nuevo para la ocasión.
Todo el pueblo se habÃa revestido para la ocasión, salvo el callejón que lleva al actual cementerio, quizá para respetar el sueño y la memoria de los que ya no están.
Aunque todo era especialmente bonito, como siempre el lugar más fascinante es el que mira hacia la RÃa Formosa y te deja prendado de un paisaje único en el mundo. Era un privilegio escuchar aquella música mirando hacia al mar al anochecer.
La puerta de la iglesia conformaba una coqueta plazuela donde el olor a la garrapiñada recién hecha atraÃa sobre todo a los más pequeños y en la que un mercader daba forma a la madera a través del fuego.
En el lateral de la iglesia, como siempre, se conformaba una cola a la espera de mesa en la vieja Taberna, deseosos de sus ricas ostras, almejas y chorizo asado.
El antiguo cementerio estaba transformado en un salón de té con un espacio preparado las actividades culturales y los juegos de animación del programa.
Entre tantos puestos, que nos hacÃan perdernos al grupo de amigos continuamente, no faltaban algunos de los 'ingredientes' indispensables de cualquier feria o mercado portugués: los dulces caseros, la ginja, el pan con chorizo, sangrias casera, las nuevas cervezas artesanales (como la cerveza Moura de algarroba de Tavira) y hasta el rei de la fogaça...
La trasera de la iglesia se habÃa convertido en un gran comedor con algunas mesas y haimas para probar allà mismo los platos que se hacÃan al instante, pero el lugar estaba tan concurrido y el hambre era tanta después de una tarde de playa, que acabamos sentándonos a comer en el restaurante Casa Velha, a la entrada de la localidad.
Nos refugiamos del calor nocturno en aquel salón del restaurante, que tantos recuerdos guarda de entrañables comidas familiares. E irremediablemente, como manda toda visita a Cacela, empezamos aquella cena con unas ricas otras y los quesos artesanales siempre deliciosos de São Brás de Alportel.
Sardinas, pulpo, bacalao..., los ingredientes más ricos y representativos de la cocina algarvia estaban en aquella mesa, recetas simples pero perfectamente asadas y guisadas.
Antes de subir al coche, una vuelta más para no olvidarnos de aquellas Noches de Encanto, donde no faltaron las paseos en burro, alguna compra más y hasta una consulta al destino.
DATOS DE INTERÉS
-Las Noites de Encanto 2018 tendrán lugar del 13 al 15 de julio de 18.00 a 00.00 horas. La entrada es libre.
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