La Nacional 2 y la Casa de la Memoria en São Brás de Alportel


Uno de los boom del verano en Portugal ha sido la Nacional 2, la mítica carretera que cruza el país de norte a sur por su interior, desde Faro hasta Chaves. El trayecto se ha puesto de moda; ha habido programas televisivos, reportajes, un pasaporte para sellar, e incluso hay una app y una web muy bien hecha y meticulosa de todo el itinerario. Y el fenómeno también ha tenido su repercusión en el Algarve, que ha abierto en São Brás de Alportel un espacio museístico centrado exclusivamente en la tercera carretera más larga del mundo.


Ya les avance algo de esta carretera cuando fuimos a conocer el restaurante Tia Bia en la aldea Barranco Velho, pero les pongo en antecedentes antes de contarle cómo fue nuestra visita a la Casa de la Memoria de São Brás de Alportel.


La Nacional 2 es una carretera de 738 kilómetros, la versión lusa de la Rota 66 americana, así que podríamos considerarla como la calle principal de Portugal desde 1945. La vía discurre por la mitad del país atravesando 35 consejos, un camino que da cuenta de su riqueza cultural, geográfica y patrimonial.


Según lo mires, la N2 empieza o termina en Faro, y atraviesa los territorios de tres consejos del Algarve: el de la capital, el de São Brás de Alportel y el de Loulé, donde la carretera se une con el Alentejo en un tramo de 365 curvas a lo largo de la Sierra de Caldeirão, un regalazo para los aficionados al motociclismo.


Este último trecho del trayecto algarvio es también un paraíso para los amantes del senderismo. La Nacional 2 se despide del Algarve en la aldea de Ameixial, un escondido rincón en lo más alto de la región, que celebra cada año un Festival de Caminadas para descubrir las numerosas rutas a pie que nos brinda la sierra algarvia.

Ameixial tiene además otra sorpresa, una pequeña y coqueta playa o piscina fluvial, uno de esos rinconcitos naturales con los que Portugal nos suele sorprender. En el kilómetros 687 de la Nacional 2, a las afueras de la aldea, está la Fonte de Seiceira, un manantial de agua muy apreciado por sus propiedades digestivas. Y, junto a la fuente, el Espelho d’Água, una sorprendente y pequeña playa en la Sierra, con sus sombrillas, barbacoas, bar…


Toda esta zona de la sierra algarvia que atraviesa la Nacional 2 está llena de encantos: de miradores deslumbrantes, de paisajes que dan calma, de pequeñas aldeas donde huele a pan recién hecho, de ancestrales destilerías de aguardientes, o de humildes templos gastronómicos, en los que reinan las recetas de caza y los grandes pucheros.


Podría seguir contándoles aquí todo lo bonito y curioso que tiene la N-2 a su paso por el Algarve, pero el objeto de este texto es animarles a que visiten la Casa de la Memoria de la Nacional 2 en Sao Brás de Alportel antes de lanzarse a recorrer la carretera y con esta ‘carta de presentación’ descubran por si mismo sus secretos.


La Casa da Memória es un espacio museístico que abrió sus puertas este verano y que, desde entonces, no ha parado de recibir visitas, entre ellas, la del mismo presidente de la República. Un viejo edificio en el kilometro 722 de la Nacional, muy cerca del Largo de Sebastián, que hasta principios de los años 80 albergaba la Oficina de Conservación de las carreteras del distrito de Faro y donde se han reunido multitud de piezas antiguas, documentos, fotografías en sepia y mucha información sobre EN 2, sobre todo en su paso por este municipio.


La visita guiada (2 euros) merece la pena por la cantidad de curiosidades con las que la anfitriona entusiasma a los visitantes: relatos sobre el trabajo de los ‘cantoneiros’ (encargados de trabajar en el mantenimiento de la carretera) y sobre el de los ‘canteiros’ cuya labor con la piedra era muy apreciada en el mundo entero. 


Anécdotas de la vida de Sao Brás y de sus gentes vinculadas a la carretera y muchos consejos para planear un viaje por la Nacional 2. São Brás de Alportel se ha convertido en el guardián de la memoria de ese Algarve que se fue.

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