Mi hijo ha oído decir a la taquillera de Olhão que vende los billetes de los barcos por la Ría Formosa que la isla más bonita de todas es Farol y ha decidido hacer suyo ese alegato, así que este verano se ha convertido en un asiduo en el ferry que te lleva al punto más meridional del Portugal continental, el cabo de Santa María. El imponente faro que aquí se levanta le da nombre a una de esas playas algarvias de revista, de aguas turquesas, de ambiente bohemio y de buen comer. Es la ‘Isla de los Amores’, como la de Camões; así bautiza este lugar el poema grabado en los azulejos de la fachada de una de sus típicas casitas de pescadores.
Farol no es en sí una isla, es el extremo más al oeste de la isla de Culatra, que en su día conformaba junto a la isla de Barreta o la isla Deserta una gran isla, la del Cabo de Santa María. Este islote paradisíaco se partió en dos en el siglo XIX para abrir un canal de entrada y salida de barcos a los puertos de Olhão y Faro. Y para guiar a los barcos se levantó un faro que con los años ha ido creciendo en altitud y que es sin duda el emblema de este lugar.
A Farol se puede llegar en ferrys regulares todo el año desde Faro o desde Olhão, en los que se incluye parada de ida o de vuelta también en Culatra. Es uno de los viajes más largos en barco hacia la isla, por eso es también uno de nuestros favoritos; el viaje es en sí una de las atracciones que no te debes perder en el Algarve.
Cuando vamos a Farol nos gusta
darnos prisa para embarcar, para coger sitio en la segunda planta del barco,
junto al capitán y el timón, divisando desde aquí al fondo las islas y a los
mariscadores suspendidos milagrosamente sobre el agua, en esos ‘huertos’ de la Ría Formosa en los
que crecen las navajas, los berberechos o las ostras más deliciosas.
El faro, diminuto desde Olhão, se convierte en un enorme mástil de casi 50 metros cuando pones los pise en la isla. Una interesante construcción que este verano se ha abierto al público y que te permite, después de subir 220 escalones, disfrutar de una de las vistas más impresionantes de la costa algarvia.
Farol es una estrecha lengua de
tierra que separa la ría del mar, un territorio salpicado de pintorescas casas
de pescadores, entre calles de arena, por donde se pasea descalzo y se vive todo
el día con el bañador mojado. Creo que es por esto por lo que mi hijo quiere
venirse aquí las próximas vacaciones.
Al contrario que ocurre en la
islas de Armona o Culatra, desde el
embarcadero hacia las dos playas de la isla, una más estrecha bajo el faro, y otra
más amplia hacia el este, hay muy poca distancia, un corto paseo, que sin
embargo merece la pena prolongarse por todo el espigón, hasta la punta, donde
parece que puedes llegar a coger el extremo de la isla Desierta.
En el espigón, en la esquina que
conforma con la playa, donde el agua es cristalina y refleja un fondo
esmeralda, encuentras uno de esos rincones maravillosos para hacer snorkel.
Nadar, bucear, pasear, descansar, contemplar son los verbos que más se conjugan aquí, aunque Farol también fama por la buena comida, por ese pescado y marisco que salta del mar para
tumbarse y dorarse en las barbacoas de sus restaurantes o en la de los pintorescos
patios de las casas, aromatizando la isla.
La isla va unida al nombre de Á
do João, para los algarvios uno de los mejores restaurantes de la región, el
preferido para probar los productos del mar y de la ría.
Casi a su lado está Mar de Santa
María, el restaurante de la asociación de la isla de Farol, otra buena opción
para disfrutar de la vertiente gourmet de la isla.
Farol también tiene ofertas
gastronómicas más ligeras, rápidas y económicas en los bares junto al puerto y
una propuesta muy sui generis junto a la playa en el chiringuito MarAmais, a
los pies del faro.
MarAmais nos encanta porque es algo
distinto, chic, alegre, divertido, sorprendente. Una coqueta salita de estar
frente al mar, en la misma playa, con bocadillos de diseño, zumos naturales y cócteles, con y sin alcohol, que Jaime insiste en repetir en casa.
Las dos playas de la isla se han adaptado con cómodas y atractivas infraestructuras a la llegada del turismo, pero el interior de la isla sigue conservando su carácter genuino, auténtico y tranquilo.
Como en el resto de las islas, el ambiente marinero se acentúa en las calas interiores hacia la Ría Formosa, donde están varados los barcos y en las que algunos prefieren colocar la sombrilla.
En esas aguas cristalinas es difícil resistirse a darse el último baño antes de subir al barco y despedirse hasta pronto, muy pronto de este pequeño paraíso de la Ría Formosa.
DATOS DE INTERÉS:
-En ambos puertos hay taxis que te acercan a la isla, así como varias empresas de turismo que te ofrecen diferentes experiencias en las islas.
1 Comentarios
Hola! Soy Olga, que siempre ando preguntándote,cuánto tarda el trayecto de Olhâo a Farol? Y es necesario reserva previa? Y la tercera y última pregunta, el ferry a qué hora tiene el último viaje de vuelta? ¡Gracias!
ResponderEliminarGracias por tu comentario! Obrigado!