Vau, la playa del presidente





Entre la playa da Rocha de Portimão y Praínha de Alvor la costa del Algarve adquiere un perfil serpenteante. Los acantilados van dado un paso atrás para dejar entrar al Atlántico, formando preciosas calas de aguas verdosas. En este tramo tan encantador del barlovento está la cala de Vau, la playa que hizo famosa uno de los políticos más emblemáticos del país vecino, el presidente Mario Soares.


Hay una especial predilección de los mandatarios lusos por el Algarve, por el sur como destino de sus vacaciones. Cavaco Silva estableció su segunda residencia en la playa da Coelha en Albufeira, su tierra natal; Socrates se decantó por la playa de Falesia; Passos Coelho por Manta Rota; Marcelo por Quinta do Lago; y el padre del socialismo luso, presidente y primer ministro, Mario Soares popularizó la playa de Vau en Portimão.


Cuentan que en esta casa algarvia, entre Vau y la cala del Alemán, se refugiaba Soares a escribir sus discursos y libros, inspirados por el sol y el mar algarvio. Aquí preparó su candidatura para las últimas presidenciales y aquí se refugió tras perderlas en 2006 frente a un algarvio; paradojas de la vida. Hasta este rincón de la costa algarvia dicen que también llegó el Rey D. Juan Carlos a comer con su amigo, entonces presidente de la República.


Pero aparte de los chismes políticos, Vau tiene por si mismo suficientes atractivos para convertirse en un destino deseado por cualquiera que quiera disfrutar de una playa de arena fina y limpia, de color canela, con un agua transparente, de esas de revista. Una cala tranquila y cálida en invierno y muy animada en verano, en la que no faltan chiringuitos, bares, restaurantes y actividades deportivas.


La praia do Vau está a medio camino entre Alvor y Portimão con un acceso propio en la carretera costera que une las dos localidades (M531-Avenida das Comunidades Lusíadas) o bien por camino de asfalto (Estrada do Vau), que parte desde la última rotonda de salida de Portimão, justo a la espalda de los apartamentos Presidente y de la praia dos Careanos.


Desde aquí comienza para mí uno de los paseos más bonitos por la costa algarvia, una caminata asequible para cualquiera por la parte alta de las falesias de Portimão y sobre las playas dos Careanos, Vau y la de Alemão (Barranco das Canas), llegando hasta la escondidas playas de João de Arens y Submarino, a los pies de un precioso pinar.


El sendero, entre flores de colores, pitas, pinares, higueras o cactus, tiene unas vistas maravillosas y bajo el mismo se esconden pequeñas y solitarias playitas. En medio de la Estrada do Vau, entre la playa dos Careanos y Vau, hay un lugar muy especial, el restaurante Ao Mar y el bar Cloque, en el que vale la pena pararse a tomar algo disfrutando de las vistas hasta la costa de Lagos.


Debajo del coqueto restaurante está la playa dos Careanos, conectada con la playa de Vau cuando la marea está baja. Y en la frontera entre ambas se ubica también el elegante restaurante Vau Steakhouse.


Este es el camino que nos gusta hacer por el filo de la costa para llegar hasta la playa de Vau, esa gran cala que termina en falesias arcillosas, una tierra rojiza que la gente de por aquí tiene la costumbre de mezclar con el agua y aplicar en la piel esperando efectos regeneradores.


En el inicio de los acantilados, en el fondo de la playa do Vau, comienza el sendero señalizado 'Varandas sobre o Mar', un itinerario circular de 5 kilómetros que te brinda vistas únicas de toda la costa de Portimão.


El sendero parte de una colina que separa Vau de la siguiente cala, la Praia do Barranco das Canas, conocida como la praia do Alemão, porque fue un hombre de esta nacionalidad quien construyó aquí la primera casa de la zona, no en mal sitio por cierto. Al fondo de esta colina, hacia el interior, esta la casa de Mario Soares, entre las dos playas que solía frecuentar cada verano.


El sendero va subiendo por las falesias dejando ver en lo alto toda la costa, desde la desembocadura del río Arade, con las playas del Ferragudo al fondo y los altos edificios de la Praia da Rocha.


El camino continua por todo filo de la costa hacia la discreta praia de Boião, salpicada de rocas y de calitas, a la que sólo se puede acceder con marea baja o con un barco.


El paseo te adentra además en un lugar maravilloso un frondoso pinar en la cima de los rojizos acantilados.


Un alto desde el que se divisa toda la costa de Lagos y que te sitúa casi a la misma altura que las gaviotas.


A los pies de estas montañas se esconden dos de los paraísos secretos del Algarve, las calas de João de Arens y Submarino, entre un gran algar; esos rincones frecuentados por los aficionados al nudismo y al snorkel.


El sendero llega hasta Prainha y vuelve de nuevo hacia Vau, la playa que seguro guarda alguno de los momentos más felices del presidente.

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