Praia dos Caneiros y Restaurante Rei das Praias



Lo confieso, tengo una debilidad por una de las playas algarvias y esa debilidad es la Playa dos Caneiros. Una preciosa cala, escondida entre Ferragudo y Carvoeiro, que concentra para nosotros gratos recuerdos de muchos años en el Algarve. Esa gran roca en medio del mar ha sido testigo de muchas horas de baños, sol, juegos y deliciosas comidas, porque aquí, además, vas a sentirte como un ‘rey’ en su restaurante.

El barlovento algarvio está salpicado de calas maravillosas desde Porches a Lagos. Algunas de ellas son portada de las más preciosas postales y ocupan los primeros puestos en los rankings de las playas más bonitas. Otras no son tan conocidas para la mayoría, pero resultan realmente encantadoras.


Una de estas últimas calas la encontramos en unas vacaciones de carnaval hace ya bastantes años en Ferragudo. Brujuleando por aquí y por allá, llegamos una mañana nubosa a la cala de Praia dos Caneiros. Dejamos el coche en la zona de aparcamiento y con curiosidad fuimos bajando a descubrir aquella playa.


La arena extremadamente blanca en contraste con el mar azul y los grises del cielo formaban una estampa preciosa, donde destacaba sobresaliendo del agua un gran islote -‘leixão’, como le llaman los portugueses a esta formación rocosa-, que en esta playa algarvia se ha convertido además en refugio de numerosas gaviotas.


Entre las montañas que resguardan la playa se levantaba un chiringuito de madera, protegido en alto de la furia del mar invernal, y allí decidimos quedarnos a comer aquel día, mientras los niños jugaban a hacer castillos en la arena, debajo de Rei das Praias, uno de los restaurantes más exclusivos del Algarve, que no muy lejos de la playa tiene un lujoso alojamiento, Casa Rei das Praias.


Rei das Praias te brinda la experiencia de comer sobre el mar. De disfrutar de una vistas únicas del Atlántico y del mejor pescado y marisco que se pesca por estas tierras. Y, no sólo comes bien, sino que además, la simpatía de Luis su propietario, de José o de toda la ‘familia’, te hace sentirte más que bien, como un ´rey’.


No hay nada como el fútbol, y más en Portugal, para acercar fronteras y aquel día, aprovechando un motivo futbolístico del local, abrimos la conversación por ahí con nuestro anfitrión compartiendo las preferencias futboleras, mientras nos preparaba un delicioso pescado; uno de los mejores que hemos comido en el Algarve, según aseguran todavía algunos de los comensales de aquel almuerzo. El fútbol, la deliciosa comida y el vino nos hicieron sentir como viejos conocidos.


El ‘flechazo’ con Praia dos Caneiros y Rei das Praias fue instantáneo, por lo que no tardamos en volver y en repetir. Casi siempre que estamos por el oeste algarvio, la visita se hace irremediable a esta playa de lujo.


En esta cala es fácil toparse con la llegada de pequeñas embarcaciones con tripulantes dispuestos a disfrutar del champán que te sirven en las hamacas; a recibir un masaje reparador; a deleitarse con una rica cena, almuerzo o incluso un desayuno con croissants o pan casero frente al mar.


Aunque, ni mucho menos quiero quitar la razón a mi amigo sobre la calidad de los pescados de Rei das Praias, al contrario, lo suscribo; mi predilección sigue estando en su cataplana. Este guiso típico algarvio, cocinado en un utensilio heredado de los árabes, me resulta aquí siempre realmente sabroso, con una textura única de las patatas y un punto perfecto del pescado y las verduras que acompañan.


En este restaurante todo es superlativo: la calidad de su comida, una cuidada decoración, un paisaje maravilloso frente al mar, sombreros para tapar el sol, mantas para mitigar la humedad y un cordial servicio.


No obstante, Rei das Praias también ofrece a sus visitantes, un beach bar, con opciones más económicas y rápidas. Y un lounge bar, una preciosa terraza para tomar una cerveza, café, capirinhas al caer el sol o en algunas de sus fiestas nocturnas del verano, las más chic del barlovento algarvio.


Os Caneiros no es un gran arenal, todo lo contrario, una pequeña calita entre los acantilados de Lagoa, entre Ferragudo y Carvoeiro, que tiene todos los servicios que dan comodidad a la playa: aparcamientos, sombrillas, hamacas, vigilancia e incluso un kiosco de apoyo en la entrada, donde es posible encontrar de todo.


Pero, por encima de la comodidad, está la belleza de esta tranquila y cálida cala, de la que es difícil olvidarse cuando te vas.


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