Playa Verde, un oasis en el Sotavento



La naturaleza es especialmente caprichosa en el Algarve, tanto que los paisajes se tornan muy diferentes en cada paso que das. Uno de esos antojos naturales es Praia Verde. Una colina que se levanta entre Monte Gordo y Altura y rompe la monotonía del extenso arenal que comienza en la desembocadura del Guadiana. Desde esta colina, una gran alfombra verde de arbustos y matorrales se extiende hasta el mar, donde el agua de la playa, fiel a su nombre, adquiere una gama cambiante de tonos verdes. Un oasis en el Algarve que esconde entre pinares un preciso hotel boutique, bonitas casas de descanso, deliciosos restaurantes y la mejor terraza del Sotavento. No es extraño que cada día sean más los que elijan este rincón exclusivo para sus escapadas.


Recuerdo con nostalgia aquellos primeros veranos de mi hijo jugando en Praia Verde. La bajada de la antigua y larga escalera hacia el mar desde una urbanización casi desierta. No se me olvidan aquellos ricos almuerzos de pulpo frito y feijoada bajo las sombrillas en la arena del antiguo chiringuito Pezinhos N’Areia; ni las bolinhas después de una larga siesta promovida por los efectos de su sangría. Entonces, aquella playa era un secreto para muchos españoles que nos resistíamos a compartir.


Los años han ido transformando Praia Verde y la han hecho mucho más popular, sobre todo en verano y también más chic. Pero, a pesar de la llegada de nuevos admiradores y de la instalación de nuevos servicios, este lugar ha sabido conservar el embrujo con que el que nos cautivó; por eso continuamos visitando con frecuencia Praia Verde, por eso y por mucho más.


Una de las cosas buenas para quien viene a esta playa cruzando la frontera es que no necesitas pagar peajes. Para llegar a la playa sólo tienes que tomar la segunda salida de la autovía, la de Monte Gordo, y una vez abandonada la vía de servicio girar hacia la derecha en la rotonda para subir un poco más adelante hacia una preciosa colina de pinares, alfombrada con aromáticos arbustos.


Otro punto a su favor es que la playa cuenta con todos los servicios: aparcamiento, vigilancia con nadadores, un pequeño centro comercial, buenos restaurantes, bares y, algo para nosotros especial en los veranos algarvios, un rico zumo de naranja recién exprimido cuando volvemos de la playa. O, en otras ocasiones, una deliciosa caipirinha o un gin con toques muy algarvios en la terraza Guarita, un rico entretenimiento mientras esperamos que se esconda el sol.


En Praia Verde están algunos de los restaurantes más apreciados para los vecinos españoles. Pezinhos n`areia ha dejado de ser un chiringuito para convertirse en un auténtico restaurante de lujo, muy elegante, con un menú rico e interesante, donde el protagonista es el pescado asado. Almorzar o cenar aquí frente al mar en verano es una delicia, pero irremediablemente hay que reservar.


Arriba en la colina hace pocos años el restaurante O Infante abrió su segundo local, ‘El Panorámico’, junto al Clube Praia Verde, que integra una piscina y uno de los locales de marcha nocturna más ambientados de la zona durante el verano con actuaciones en directo. La otra casa de O Infante sigue ofreciendo los inmensos platos de la primera, como su famoso arroz, el buey de mar, las brochetas o el cordero, que generan en ocasiones colas para sentarse a su mesa.


A estos dos restaurantes se ha unido desde el pasado año otro más, diferente y especial: À Terra, el restaurante del hotel boutique Praia Verde, un alojamiento coqueto, de diseño, realmente especial, escondido e integrado en los pinares de esta urbanización, pero con vistas al mar desde sus confortables y cuidadas habitaciones.


El hotel boutique Praia Verde es algo distinto, que nada tiene que ver con los grandes hoteles de playa. Un mestizaje entre guesthouse y hotel, lleno de múltiples detalles en la decoración y en sus ambientes.


Aquí, su excelente servicio no deja nada a la improvisación, todo se cuida al máximo para sorprender al visitante. Desde los ambientes del hotel, las prestaciones de las habitaciones, los servicios al huéspedes y la excelente comida mediterránea.


Sólo para que te puedas hacer una idea, en su recepción te espera, mientras te registras, una gran jarra de agua con fruta, hierbabuena y canela; en el hall dispones de una pequeña tienda gourmet, mercearia, repleta de productos y objetos encantadores; y en el jardín un columpio para recordar las tardes de niñez.


Lámparas, sofás, sillas, objetos decorativos e incluso el menaje se alían para ofrecerte una estancia inolvidable, para hacerte sentir realmente especial en cualquiera de sus estancias.


Grandes cristaleras iluminan la entrada con una zona de estar habilitada para el café y una especial gintonería, donde, te aseguro, no te costaría nada pasar la tarde entera.


Junto al bar se abre el comedor del restaurante À Terra, una propuesta culinaria basada en la cocción de los platos en un gran horno de leña con recetas muy mediterráneas, en la que no faltan los toques locales. Una carta muy sugerente donde en las pizzas, los pescados, pastas, ensaladas, arroces o carnes están presente los productos y condimentos más famosos y apreciados de la región: la sal, los higos, la almendra, el aceite, las algarrobas, el culantro..


No sólo el menú te invita a quedarte, el salón, y en verano la terraza, se presentan totalmente encantadores para el almuerzo y la cena con una decoración que mezcla con buen acierto elementos rústicos y modernos, dándole una aire caprichoso e informal.


El buen gusto sobra igualmente en el jardín, un escondite entre pinares, arbustos y flores con una tranquila piscina desde la que se abre un sorprendente sendero hacia el mar. Hasta la bajada a la playa es encantadora desde el hotel, recorriendo un estrecho camino paralelo a un riachuelo, que bien podía recrear el interior del bosque de un cuento.


El hotel es un antojo para cualquiera, igual que lo es Praia Verde, con ese paisaje impresionante desde su colina, algo que ya no se olvida.


Son las cosas que tiene el Algarve; que el paraíso te espera cada día en un rincón diferente, sólo tienes que salir a buscarlo.

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4 Comentarios

  1. Me encanta tu blog! es toda una referencia. ¿que precio tiene por persona aproximadamente el restaurante A Terra? Gracias!

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    1. Gracias. Unos 40 euros, pero claro depende mucho de la elección. Tienes otro en el hotel Vila Monte en Moncarapacho. Realmente son muy especiales. Escribiré sobre ellos en cuanto pueda. Un saludo

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  2. Estamos pensando en alojarnos en Praia Verde a finales de octubre. Sabes que tiempo suele hacer en esta época?

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    1. Si no llueve, el tiempo es bueno. La foto de los niños del post es de mi hijo y mi sobrina, bañándose el 30 de octubre y el entorno es precioso. Un saludo

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