Hotel Vilar do Golf y Quinta do Lago

PLAYAS-HOTELES





Cada vez que visitamos Quinta do Lago con familia o amigos se oye esa recurrente de frase de aquí me vendría yo a vivir si me tocara la lotería. Soñar está al alcance de todos, pero el lujo, la naturaleza y la belleza de este resort también; no hay que esperar una lluvia de millones o un pleno al quince en la quiniela para disfrutar de uno de los lugares más exclusivos de Europa. El hotel Vilar do Golf, de la cadena internacional Diamonds Resorts, te lo pone muy fácil con unas villas asequibles para pasar unas vacaciones en familia llenas de recuerdos y preciosas fotos.

 

En el fin de la Ría Formosa, en uno de los parajes naturales más bonitos de toda la región, está el conocido como ‘Triángulo de Oro’ del Algarve: uno de los complejos de vacaciones más selectos de toda Europa, integrado por tres grandes zonas residenciales: Quinta do Lago, Vale do Garrão y Vale do Lobo, pertenecientes al municipio de Almancil y no muy lejos de Faro. Este es el refugio secreto de grandes fortunas, de miembros de la realeza, de admirados jugadores de fútbol o de deportistas de élite…


Uno de los destinos de nuestra última escapada con los abuelos ha sido aquí, en pleno centro de Quinta do Lago, en el hotel Vilar doGolf, un complejo de villas pintorescas,  insertadas en uno de los campos de golf, que ofrecen, entre sus servicios, dos grandes piscinas, spa, dos restaurantes, gimnasio, tienda, alquiler de bicicleta, animación diaria, bar, transporte a la playa y al centro comercial…En fin, todo lo que se te ocurra que puedas necesitar en unas vacaciones.




Nada más salir de Vilar do Golf, los abuelos ya querían fijar una fecha para volver a esa estupenda y elegante casa de dos plantas repleta de detalles y de comodidades para sus inquilinos.










Una villa con dos grandes habitaciones, un inmenso salón, una cocina mejor equipada que la de casa y un entrañable porche para cenar y pasar la tarde primaveral leyendo bajo la sombra de una gran buganvilla y con el campo de golf enfrente. 



 

 

Mientras los abuelos se relajaban con el sosiego de aquella residencia en la hora de la siesta; Jaime y su hermano se divertían jugando al tenis de mesa en la y estrenando la temporada de baños en las piscinas.




 


Nosotros nos embarcábamos en un delicioso paseo por los campos de golf, a la búsqueda de la playa del lago. 


Quinta do Lago ocupa unas 800 hectáreas. Un terreno que en los años 60 era parte de una hacienda rural y una zona de pinares a pie del final de la Ría Formosa, junto a la Quinta do Ludo y que el empresario brasileño André Jordan se empeñó en convertir en un gran resort parecido a los de Punta del Este en Uruguay. Quinta do Lago empieza a gestarse en el proceso político más convulso de Portugal y, a pesar de los avatares con el movimiento revolucionario, Jordan cumplió con su objetivo de construir en el sur de Portugal uno de los destinos de turismo y golf más apreciados del mundo.



Nadie puede negar que este enclave condensa una serie de atractivos que lo hacen único: una playa extraordinaria de dunas blancas, ancha y kilométrica en una reserva natural, donde puedes observar cientos de aves o realizar lindos senderos; una temperatura estable y cálida todo el año; una urbanización impecable con grandes avenidas y zonas, verdes; cuatro excelentes campos de golf con reconocimientos internacionales; dos centros comerciales, Quinta Shopping y Buganvilia Plaza y restaurantes salpicados por todo el complejo, a lo que se podría sumar la seguridad, la discreción, el buen gusto…Me resisto a creer que haya alguien que no pueda encapricharse de Quinta do Lago.



El nombre de la zona se lo da un gran lago, junto a otro más pequeño, ubicado frente a los últimos coletazos de la Ría Formosa. Una lugar maravilloso, rodeado de grandes mansiones, con un playa artificial, un bar flotando sobre el agua y un espectacular restaurante, el de la Casa do Lago. 




El día que llegamos a Vilar do Golf, nada más acomodarnos en la casa, no nos pudimos resistir a bajar hasta el lago con un largo, pero agradable paseo, atravesando los campos de golf, compartiendo sendero con ágiles corredores y recreándonos de la impresionante arquitectura de muchas de sus villas. 




En una de estas viviendas de película descansaba largas temporadas Ayrton Senna, el tricampeón de fórmula 1, que le da nombre a la larga avenida que baja hasta el lago. Al final de la misma, hicimos la primera parada de nuestro largo paseo, para disfrutar de un aperitivo en el bar y pararnos a mirar las aves en el agua y las habilidades de un monitor de paddle surf sobre el agua. 
 



 

No muy lejos del lago llegas a una de las estampas más representativas de Quinta do Lago: su largo puente de madera que te lleva a una playa de anuncio, con dunas de color canela y un agua intensamente verdosa.



El puente parte desde una zona de aparcamiento para los coches a pie de la ría, muy cerca del exclusivo hotel Quinta do Lago, desde donde encuentras un sendero hacia Faro, al borde de uno de los campos de golf, y otro hacia el lago y la playa de Ancão, debajo de grandes mansiones que miran hacia el mar.
 
 




La pasarela de madera cruza la Ría Formosa, las dunas y desemboca en una extensa y tranquila playa. Aquí las siestas a cualquier hora sobre la arena caliente son inevitables, a no ser que el despegue de los aviones del cercano aeropuerto de Faro consiga interrumpir el sueño.




En Quinta do Lago todo parece estar estratégicamente colocado para crear armonía, para transmitir calma, energía, felicidad…para brindar a sus visitantes unas vacaciones de lujo en todos y para todos los sentidos.  




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