Hay una parte de la gastronomía algarvia que es la gran desconocida de esta región, pero que a mí me gusta especialmente; es la que conforman las recetas tradicionales de guisos del Barrocal algarvio y de esas carnes serranas doradas en hornos de leña. Es comida de campo y nada mejor para disfrutarla que mirando hacia ese paisaje maravilloso de la aldea de Querença o debajo de un olivo en el restaurante Tasquinha do Lagar. Aquí siempre se acierta.
Era Domingo de Ramos y volvimos a Querença para ver la salida de palmas en su coqueta iglesia, pasear por el sendero de la Fonte Benémola y almorzar en Tasquina do Lagar con nuestros amigos. Un planazo para comenzar unas vacaciones de Pascua en el Algarve, pero que se hace extensible a cualquier época del año, porque la zona rural de Loulé siempre es maravillosa y desestresante.
La primavera ya estaba aquí, se dejaba notar en los olores, los colores y el sonido del campo, pero el día se había teñido de gris y nos acompañaba en nuestra caminata una suave llovizna inconstante. Un ambiente que propició el deseo de reconstituir el cuerpo con un guiso calentito y refugiarnos en Tasquinha do Lagar, ese restaurante de madera a la salida de Querença, frente a la Fundación Manuel Viegas.
La Tasquinha es un lugar muy especial en varios sentidos. Primero en su ubicación, frente al campo, con grandes ventanales y terraza en los días soleados que consiguen que el verdor de las afueras se instale en el mismo comedor.
Otra particularidad es su menú, compuesto por un listado diario de platos caseros, algunos guisados y otros cocidos en su horno de leña, que desprenden un olor delicioso por todo el entorno a rica comida serrana.
Y para hacer todavía más agradable la comida está su simpático camarero, sonriente, ágil, bromista en todo momento, dispuesto a agradar con sus consejos a los comensales y con su particular uniforme.
Aunque es conveniente reservar, una vez más llegamos sin hacerlo pero pronto nos encontraron un rincón privilegiado en aquel comedor de madera, y en cuestión de segundos, nada más sentarnos, nuestra mesa y la de los alrededores se fueron llenando de ricos aperitivos.
Elegir la comida en Tasquinha do Lagar no es nada complicado. Las entradas, aceitunas, petiscos, queso, embutidos..., ya te lo ponen ellos. Y luego sólo te queda elegir entre los siete u ocho platos del día. Aquel domingo teníamos bacalhau á tasquinha, bochechas (carrillera) al horno, cabrito al horno, garbanzos con gallina, guiso de borrego, guiso de alubias (jantar de feijão) y lomo de cerdo con almejas.
Como éramos ocho comensales pudimos probar y disfrutar de más de la mitad de la carta. El aplauso generalizado se lo llevó el bacalao (9,50 euros la ración grande), con una textura cremosa y un sabor delicioso.
El mismo nivel de agrado, o más, consiguió el jantar de feijão (9,5 euros), tanto como para pedir una olla más de aquel guiso casero con col, carne y morcilla. Y la carne de cerdo con almejas, con ese aceite para mojar pan y esas patatas fritas caseras, llegó alcanzar la calificación por algún comensal de 'la mejor del Algarve'.
Concha, como buena leonesa amante de los asados, otorgó sobresaliente al cabrito al horno (12,5 euros).
Y también pasó la prueba con beneplácito generalizado las carrilleras que nunca antes habíamos probado con hueso y al horno (10,5 euros)
Llegó la hora del postre y para elegir nada de carta, hay que dar un paseo hacia una gran vitrina junto a la cocina y dejarse guiar por las pintas de las tartas y postres caseros. Y, claro, las pintas eran tan sugerentes que acabamos pidiendo de todo. Tarta de naranja con algarroba, trio algarvio con tocino de cielo de naranja, tarta de chocolate y bizcocho de sidra. Mi recomendación es que no se marchen sin probar tan excelente repertorio de buena pastelería.
Una visita a Querença no sólo te brinda la oportunidad de disfrutar del campo y del ambiente de la vida rural, sino también de los sabores más auténticos de la tradición del Barrocal algarvio, gracias a la buena cocina de Tasquinha do Lagar.
DATOS DE INTERÉS
-El restaurante está ubicado en la Rua da Escola de la aldea de Querença, a unos 10 kilómetros de Loulé, frente a la Fundación Manuel Viegas Guerreiro. Abre de lunes a domingo de 12.00-15.30 horas de 19.30 a 22.30 horas. Cierra los miércoles. Acepta reservas en teléfono +351 912730795
-Pago medio 12-15 euros. Acepta tarjetas y metálico.
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