Casa Modesta, el lujo de lo sencillo




Hay personas que quieren sentirse en un hotel como invitados y hay otras personas que quieren sentirse como si estuvieran en casa. Yo prefiero lo segundo, sobre todo esos pequeños hoteles que te acogen con el propósito de que aprecies su hogar, de que conozcas su historia. Esos hoteles que te miman con detalles únicos y personales, demostrándote que lo sencillo y auténtico es el mayor de los lujos. Uno de esos hoteles es Casa Modesta en Olhão, junto al Parque Natural de la Ría Formosa.


Desde el año 2015 que abrió sus puertas el hotelito Casa Modesta era objeto de mi admiración. Lo conocí por las redes sociales y me lo encontraba con frecuencia en las revistas de viaje, de decoración o en los periódicos dando cuenta de sus premios y reconocimientos por todo el mundo. Ahora ya sé que esas preciosas fotos de los medios e internet hacían justicia al lugar.


La Región de Turismo del Algarve y la Cámara Municipal de Olhão nos invitaron a conocer uno de esas alhajas que esconde este territorio, el hotel Casa Modesta, un alojamiento de tan solo nueve habitaciones ubicado a los pies de la ría, en la zona de Quatrim, muy cerca de las playas paradisiacas de Fuseta y Armona. Y allí estaba esperándonos Carlos Fernandes, su propietario, para abrirnos la puerta de su casa con ese despliegue de hospitalidad que caracteriza a las gentes de por aquí.


El hotel es en sí un homenaje de Carlos a su propia familia, a su abuelo Modesto, que construyó esta casa en los años 40 y que está llena recuerdos infantiles. Una forma de atrapar ese tiempo feliz de la infancia.


Me sentí identificada con aquella historia del anfitrión y encontré en los rincones de su casa muchos objetos y detalles que, como aquel ‘bizcocho proustiano’, acabaron despertando los recuerdos de esos tiernos veranos en la antigua huerta de mis abuelos.


Casa Modesta tiene, entre otros, el prestigioso premio de arquitectura Architizer A+Awads, pero no vengan hasta aquí a buscar algo espectacular o sofisticado, todo lo contrario. El lugar hace honor a su nombre y pone el acento precisamente en lo sencillo con un diseño minimalista de los interiores y también de los exteriores, donde todo guarda relación con la cultura y las tradiciones algarvias, así como con los usos de la antigua casa.


La alberca se transforma en una coqueta piscina con hamacas cercanas para el descanso y mesas para esa convivencia eterna de las noches del verano algarvio bajo un precioso cielo estrellado.



Se mantiene vivo el huerto, y además se conserva el antiguo horno, al que se le da uso para algunos de los originales talleres que se ofrecen a menudo, porque Casa Modesta brinda descanso y experiencias para imbuirse de la cultura algarvia.


Las habitaciones tienen un diseño limpio, luminoso y sencillo, pero también confortable. Estancias en las que sobresale el blanco, el barro, el corcho o los nuevos diseños algarvios en decoración que hacen un guiño al pasado.



Para mí el lugar es adorable también por su ubicación, casi perdido entre Marim y Fuseta, lejos del bullicio, y con unas vistas espectaculares a la Ría Formosa. Por un lado te sientes al lado del mar y, por otro, en un refugio en medio del campo.



Casa Modesta es una de esas construcciones que responde al principio minimalista de que menos es más, pero no sólo por su concepción arquitectónica, sino especialmente por conseguir que el visitante aprecie que se puede ser feliz con lo más sencillo y natural. Booking.com

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