Dos lugares muy chic en Vila Real de Santo António

GASTRONOMÍA-RESTAURANTES

Vila Real de Santo António se prepara para recibir al turista más cool, sibarita y sofisticado con la apertura de nuevos locales exquisitos y elegantes. Dos de estos locales son: el Grand Beach Club, en la desembocadura del Guadiana, y la tasca Tá Certo, junto a la Plaza Marqués de Pombal. Al que se suma la apertura del Grand House, en el antiguo hotel Guadiana, y la reconversión hostelera de la antigua Casa da Alfândega, uno de los edificios más emblemáticos de Vila Real de Santo António.

Vila Real de Santo António se ha propuesto afianzar su faceta turística con nuevos proyectos que guiñan un ojo al turista más ‘chic’, así que junto a los locales más tradicionales de hostelería, empiezan a abrirse otros más ‘requintados’ dispuestos a ofrecer sensaciones diferentes.

Tá Certo 

Uno de ellos es la coqueta Tasca Tá Certo, en una de las esquinas de la plaza Marqués de Pombal, en la rua Jornal do Algarve. Una de las antiguas de casas de esta calle se ha transformado en un gastrobar donde lo moderno y lo antiguo se alían para crear un espacio confortable, encantador y con buena cocina.

Tá Certo llama la atención por su particular y gran vinoteca resguardada tras una larga verja frente a la barra del bar, en la que se alinean un gran surtido de botellas de vinos algarvios y nacionales a muy buen precio por cierto.

Antiguas vajillas, aparadores, utensilios de cocina de las abuelas conforma forman parte de su decoración de una manera muy particular. Aquí una gran olla se usa como lavabo y las paletas, los coladores o cazos conforman las lámparas.

¿Y qué hay aquí de comer? La Tasca se centra en los productos algarvios y da preferencia a las tapas, una especie de medias raciones para maridar con buenos vinos. Pero la carta se amplía con ensaladas (8 euros), tablas de quesos y embutidos (10 euros), mariscos (7 euros) y algún que otro plato más contundente como la pechuga de pato con pera o un entrecot de novillo asado (17 euros).

Son cositas algo diferente a la cocina tradicional de Vila Real de Santo António, propuestas para compartir con amigos y para picotear con buenos vinos. Nosotros lo hicimos con un Al-Ría blanco de Tavira (10 euros), que estrenamos acompañando el pan, el aceite y las aceitunas con unos tomates, a los que la flor de sal de Castro Marim pone un punto genial (2 euros).

Nos encantó el morro de atún al horno (7 euros), que completamos con una cazuelita de patatas gratinadas (2,5 euros) y también el revuelto de alheira (6 euros), ese embutido tan particular y sabroso de Portugal, que se entiende también con los huevos.

El punto y final del almuerzo lo puso un espectacular D.Rodrigo (2,5 euros) y un helado casero de turrón (4 euros).

Grand Beach Club

Otro lugar de moda este verano es el Gran Beach Club. Un restaurante con una piscina panorámica frente a la desembocadura del río Guadiana, y con un precioso comedor abierto a uno de los parajes más bonitos y relajantes del Algarve.

El espacio es de postín, como hubiera dicho mi padre, por sus vistas, por su decoración, por su servicio, por el ambiente. Una instalación para disfrutar de un día de baños, para tomar una sangría o un sofisticado cóctel (13 euros) en un ambiente elegante y relajante. 

O para un almuerzo o cena desenfadada con algunas de sus hamburguesas (14 euros), ensaladas (15 euros) o pizzas (14 euros), o bien con esos otros platos que hacen un guiño a la gastronomía algarvia más tradicional, como la cataplana de mar (26 euros) o el pulpo asado (22 euros)

El Beach Club pertenece al Grand House, el hotel de lujo que ha abierto sus puertas en el remodelado edificio del hotel Guadiana, una de las construcciones más carismáticas de la ciudad iluminista, que recreará el ambiente de los años 20 en sus instalaciones, y que transformará además el edificio de la antigua aduana en un café muy particular con música en directo.

Se avecinan más novedades en Vila Real de Santo António, y serán de lujo. Ya sé de antemano que habrá muchos que defiendan a ultranza lo tradicional y lo económico, pero yo soy de las que defienden que en la variedad está el gusto.