Restaurante Sabores da Beira en Castro Marim



Para la mayoría de sus vecinos, el Algarve es sinónimo de rico banquete. Son muchos los que cruzan la frontera buscando una buena mesa, tras los sabores del pescado o el pollo asado en sus grandes barbacoas, el afamado arroz, la cataplana o los guisos caseros. Nosotros somos de esos. Esta región, como ocurre en otros muchos aspectos, es versátil y llena de contrastes en su gastronomía y eso es lo que la hace precisamente atractiva. Puedes disfrutar de un sofisticado plato de cocineros con ‘estrellas’ en locales de lujo y deleitarte igualmente de las recetas cocinadas a fuego lento en humildes cocinas, como lo hacemos cada vez que vamos al restaurante Sabores da Beira en Monte Francisco.


Monte Francisco es una pequeña aldea situada a la izquierda de Castro Marim, nada más abandonar la autovía entrando desde España. Un lugar que podría pasar completamente desapercibido si no fuera por varias cosas: la comida rica y barata de sus restaurantes, donde paran a comer muchos transportistas a diario; un imponente campo de golf con vistas de impresión hacia el Guadiana diseñado por Severiano Ballesteros; la reserva natural del Sapal de Castro Marim y Vila Real de Santo Antonio, situada justo a sus pies; y el hecho de que la madre del guitarrista Paco de Lucía, Lucía, fuera oriunda de este pequeño pueblo.

En poco tiempo esta aldea, que a principios de agosto recibe a sus habitantes inmigrantes con una entrañable fiesta, se ha convertido en el refugio invernal de numerosos extranjeros alemanes y holandeses, que llenan sus restaurantes, atraídos como nosotros por sus ricos sabores.


Sabores da Beira se esconde ahora en una casa a las afueras de Monte Francisco, muy cerca de la carretera de acceso a Vila Real y Castro Marim desde la autovía, pero a la que tienes que entrar desde el pueblo, dirigiéndote siempre hacia la izquierda hasta dar con ella. Una nueva casa mucho más amplia que la primera, con dos grandes comedores in se sirve un menú diario de 8 euros, que se incrementa a 9,5 euros los domingos. Una oferta que incluye un plato principal, de grandes dimensiones, el vino, el postre casero, el café y, por supuesto, el rico pan y las aceitunas de la zona.


La particularidad de su propuesta gastronómica reside en que sólo puedes elegir entre dos o tres platos exclusivamente, que varían según el día de la semana. Los lunes tienes vitela estufada (ternera), pescada empanada o sardinas; los miércoles, porque los martes cierra, te ofrecen frango assado (pollo), sardinas y robalo; los jueves tienes bacalao á bras, mista de carne asada; y los viernes te proponen lasaña, carapaus y chanfana (una receta regional de la zona de Beira de carne de cabra cocida en barro con vino tinto). Y además la cocina está abierta de 12.00 a 22.00 horas.


Para el sábado queda uno de nuestros dos platos favoritos de este local: la feijoada, un gran guiso de alubias en una cazuela de barro acompañado de arroz, y la carne de cerdo guisada con almejas unas cremosas patatas y, curiosamente, una selección de encurtidos. Además, si no te retrasas mucho también puedes comer salmón con pequeñas patatas asadas. Los domingos la carta siempre es una sorpresa, te puedes comer una dorada, un rico arroz de marisco, el deliciosos conejo, o incluso jabalí.


Aunque hayan ampliado los salones, Sabores da Beira se llena rápido, sobre todo los fines de semana por lo que hay que llegar temprano o quizás tarde, cuando todo el mundo ha terminado de comer, porque la cocina no cierra. O siempre también cabe esperar con una fría jarra de vino y un queso de la zona, mientras van quedando hueco; la paciencia acaba siendo más sabrosa.


Otra de las cosas que me gusta de Sabores da Beira es la amabilidad de sus gerentes, una familia volcada en sus clientes, que se preocupa todo el tiempo de si estás a gusto y comes bien. Recuerdo en una anterior visita el interés de nuestro camarero porque los niños probaran los postres, cosa que la mayoría de las veces se convierte en un imposible por el gran exceso de las raciones.



Cortesía y rapidez derrocha el servicio, que en menos de cinco minutos una vez sentados, llega la mesa de los contundentes platos del día: salmón con patatas, el guiso de carne y las alubias. Todo estaba rico, delicioso, pero sobre todo esas alubias cremosas, con col, chorizo y tocino en un hondo recipiente de barro, que ha acabado incluso cautivando a uno de nuestros amigos asturianos.


En Sabores da Beira siempre acabamos pasando platos de uno a otro lado y compartiendo buenas impresiones de aquellos platos entre copas de vino blanco y tinto hasta que llega el momento del postre, para los que han conseguido hacer hueco. Y yo soy una de ellas, porque no me resisto nunca al puding casero de huevos, con el deseo siempre que lo como de intentar calcar la receta en casa.


Sabores da Beira es un buen pretexto para pasar un día delicioso en tierras lusas, y después de un gran manjar, con la excusa de bajar la comida, recorrer sus pueblos y aldeas, en los que siempre hay un rincón que te va a cautivar.


NOTA: SABORES DA BEIRA tiene un grupo de facebook, en el que su dueño cuelga a diario los platos que incluye en el menú.

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3 Comentarios

  1. soy un enamorado de Portugal , por proximidad al Algarve es la zona que mas visito , o sea , que es raro el mes que no paso por Monte Francisco dos o tres veces , siempre me digo que tengo que visitarlo , pero como esta tan "a mano" aplazo una y otra vez esa visita , con este articulo que has puesto , creo que la visita va a ser inminente.

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  2. Ayer viernes el menú era carne de cabra, lasaña, filete de atún, sardinas o carrillada. Costaba 9 euros con bebidas postre y café. Recomiendo la carne de cabra

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