Casa da Tita, amor a primera vista




Los hallazgos en el Algarve llegan cuando uno menos se lo espera y, casi siempre, una experiencia nueva abre la puerta a otro descubrimiento, a una sorpresa. Y así ocurrió el día que asistimos al Festival do Vinho en la diminuta aldea Nave do Barão a través de Loulé Criativo. Un día de muchas sensaciones y de encuentros, entre ellos el del guesthouse rural Casa da Tita, un alojamiento que nos enamoró a primera vista.

El Algarve más afectivo y auténtico está en su mundo rural, en esas aldeas que salpican la Serra de Caldeirão, donde su cotidianidad y sus costumbres, para sorpresa de sus habitantes, se han convertido en uno de los atractivos turísticos más apreciados para quien visita esta región, que lo siente como algo excepcional y único.


Aquel sábado íbamos buscando precisamente eso, una experiencia auténtica, y la encontramos en la propuesta que hacia Loulé Criativo, a través de su socio el hotel Casa da Tita, para participar en el Festival do Vinho Nave do Barão, en la sede de la Asociación 'Os Barões'.


Y gracias a ella desembarcamos en este rincón del barrocal algarvio que acogió durante siglos algunas de las mejores vides del país, las que producían los vinos para el rey D. Afonso III y D. Dinis y donde sus habitantes, ya con pocas vides, siguen manteniendo las técnicas antiguas de fabricación del vino.


La experiencia incluía la degustación de vinos de diferentes bodegas algarvias participantes en la muestra; una comida de platos regionales deliciosos con la actuación del Grupo Coral da Casa do Alentejo de Albufeira, con el que acabamos hermanados; la asistencia al curioso concurso de los vinos locales; la participación en un taller de cestería y en otro de licores artesanales; y, para rematar el día, un concierto de fados.




Todo ello en un espacio que reunía la venta y la degustación de muchos productos de los artesanos locales. ¡Más no se podía pedir para un día perfecto!


La verdad es que la propuesta nos pareció tan sugerente, que, en torno a ella, planeamos un fin de semana con nuestros amigos en Loulé. Una de esas escapadas que resultó ser memorable, y que todos quieren repetir el próximo año, pero esta vez con noche incluida en el hotel rural Casa da Tita, que aquel fin de semana ya no tenía plazas suficientes para todo nuestro grupo.


Y es que en Nave do Barão, entre la ciudad de Loulé y la aldea de Salir, nos encontramos con muchas cosas nuevas, entre ellas con un hotelito de esos que te enamoran a primera vista, por su estilo, por sus detalles, por su ubicación y por la sensibilidad de quienes le dieron vida a estas antiguas casas de Joaquim Valente, muy querido en el aldea, y de su mujer María Conceição (Tita).


Las casas tienen que ver mucho con sus dueños, con Miguel, con Joaquín, su padre, y con Elisabeth, pura sonrisa. La exagerada atención y la hospitalidad que nos habían dispensado durante toda la jornada también se ponía de manifiesto en la estancia común del hotel, repleto de detalles con los que agradar a sus huéspedes. Un salón acogedor para los desayunos con productos naturales de la aldea, con mesas de juego y una gran sofá junto a una vieja caldera recuperada para los días de invierno.


La Casa dispone de una suite, dos habitaciones y dos apartamentos. Y nosotros conocimos el de 'Palheiro', la antigua cabaña y pajar, reconvertido en un apartamento para una familia con niños, con una coqueta cocina, un singular baño y una maravillosa terraza integrada en el campo.


Casa da Tita es la apuesta de sus dueños por una nueva forma de vida; la huida desde la gran ciudad hasta el pueblo de la familia del progenitor para dar una nueva utilidad a aquellas casas antiguas de campo, donde la piscina, el jacuzzi y las preciosas terrazas al campo, ocupan los espacios que se destinaban para secar los higos, la algarrobas y las almendras al sol del verano.


El alojamiento no está a más de 20 kilómetros de las bonitas playas de Almancil o Faro, pero el concepto del hotel está orientado a provocar en el huésped la integración con el entorno natural de Loulé, con la sabiduría de sus gentes y con la implicación en sus tradiciones.


De esa faceta, se encarga Joaquín, que, como profesor que fue, no enseñó con gran rapidez a fabricar licores artesanales. Mientras su hijo lleva la gestión, él se encarga de las actividades de turismo creativo o de inmersión que se organizan de manera habitual: senderos por los almendros en flor, talleres artesanales, visitas a la quesería de la zona, clases de cocina o participación en las fiestas locales.


Y luego está la mano para la decoración de Elisabeth, que ha conseguido con sus detalles que el espíritu bucólico de esta aldea louletana llegue hasta el interior de las habitaciones y el apartamento, dándoles el aspecto de una adorable casa de campo.


¿Quieren un refugio en el interior del Algarve? ¿Buscan naturaleza, aire puro y experiencias que no se olviden? ¡Prueben por aquí!


DATOS DE INTERÉS

-Casa da Tita está ubicado en la Nave do Barão, a 10 kilómetros de Loulé y muy cerca de la aldea de Salir. Tiene una suite, dos habitaciones y dos apartamentos con cocina. Cuenta con piscina, jacuzzi y wifi.

-La estancia incluye el desayuno con productos locales. Ofrece diferentes actividades y experiencias por la zona.

-Los precios oscilan entre los 55 a los 75 euros, según habitación o apartamento.

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