Restaurante Álvaro de Campos, sabores entre poesía

GASTRONOMÍA-RESTAURANTES





Hay un nombre propio especialmente vinculado a Tavira, ese es el Álvaro de Campos, uno de los muchos poetas de la mente o el alma de Pessoa. El nombre del heterónimo, del ingeniero cosmopolita y viajero nacido en esta ciudad, es también el de uno de sus restaurantes más interesantes, donde los versos cuelgan por las paredes y los buenos olores por el ambiente.

Cada día estoy más convencida de que las mejores y más creativas chefs algarvias se refugian en Tavira. Aquí, en Cabanas, está Noélia la reina indiscutible de la cocina de esta región, y junto a ella Cecilia en Gilão; Miléne en el hotel Marina Nova Longue; y Maura al frente del restaurante Álvaro de Campos, nuestro último grato descubrimiento.



Hace ya algunos años, en los bajos de una de esas preciosas casas señoriales de la rua Liberdade nos encontramos con el restaurante café Álvaro de Campos. Entonces pensamos que no había mejor lugar para la tertulia del café que un lugar que enaltecía al autor de Tabacaria. Fue una visita breve, pero agradable en ese pequeño patio trasero.



Volvimos este verano, pero en esta ocasión lo hicimos con la curiosidad de descubrir una cocina que empezaba a tener fama por su originalidad, por su buen hacer y por ese atractivo acabado con el que los platos salían de la cocina, tanto que daba pena romper con el tenedor y cuchillo aquellas obras de arte, en las que la formación de la autora en orfebrería quedaba patente también en su faceta culinaria.



Álvaro de Campos es un restaurante elegante, pegado al recetario portugués, pero que añade un punto de sofisticación a las recetas de sus platos y tapas. Un punto de innovación en el equilibrio justo para que cualquier comensal, desde el más clásico al más atrevido, salga satisfecho. 



Se puede almorzar con platos del día, se pude tapear, se puede comer a la carta, se pueden pedir platos veganos, y hasta se puede hacer todo eso y disfrutar de conciertos en directo de fado que son frecuentes en el restaurante.



¿Qué hicimos nosotros? Pues de todo un poco. Empezamos con una cerveza bien fría y unas batatas fritas con mayonesa de canela (4 euros). Una de las sugerencias de una lista de tapas en la que se incluye la alheira empanada con coco (4,5 euros), el tartar de salmón con mango y almendras (8 euros) o unas gambas con ajo y jengibre (7,5 euros).



Luego decidimos pedir un plato principal. Y para elegir aceptamos dos de las sugerencias del plato del día. Para mí el bacalao con natas (5,9), excepcional, y les advierto que soy muy exigente con este plato; y para David, una opción vegetariana, la ensalada de cous cous con frutos secos (4.9 euros).



La cantidad, que eso es algo que preocupa a muchos, era la suficiente para acabar aquel almuerzo con un pingado, pero difícilmente renuncio yo a un postre casero, sobre todo cuando en la carta había cosas tan sugerentes como un semi frío de higos con caramelo y flor de sal (4,5 euros), que para más inri se podía maridar con un Oporto, un vino de Madeira o un moscatel.



Nos supo a poco, pero el estómago tiene un límite, así que habrá que volver para ‘sentir’ su cocina. Como escribía Álvaro de Campos ‘la mejor manera de viajar es sentir, sentirlo todo de todas las maneras’, también la comida.

DATOS DE INTERÉS

-El restaurante Álvaro de Campos está situado en la rua da Liberdade, 47 de Tavira. Abre de lunes a viernes de 12.00 a 22.00 horas y el sábado de 18.00 a 22.00 horas. 

-El precio medio por persona está entre 15 y  25 euros, dependiendo de almuerzos o cena. Se puede pagar con tarjeta. 

-Los jueves organiza cena con fado en vivo. 

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