Quinta do Mel, un dulce refugio en Albufeira

Albufeira no es solo Albufeira ¿Qué quiero decirles? Que aquí hay mucho más que playa y marcha nocturna. Que no muy lejos del bullicio de la costa hay escondites para refugiarte, aunque sea por unas horas, en el sosiego del mundo rural. Uno de ellos es Quinta do Mel, a pocos metros de Falesia, la playa de los Tomates y la animada marina de Vilamoura.

Desde hace muchos años, muchos, porque a mis hijos los recuerdos pequeños correteando por su jardín y la piscina, nos gusta cuando estamos por Albufeira pasar por Quinta do Mel. Una hacienda rodeada de un huerto, de frutales y de tierras de labor por donde suelen pastar las ovejas.

Quinta do Mel es un hotelito que poco o nada tiene que ver con los numerosos hoteles cercanos que bordean la playa de Falesia. Es más, si no fuera por los grandes carteles que lo anuncian a lo largo de la carretera, sería difícil imaginar que esta casa de campo, parecida a las que abundan en las tierras alentejanas, alberga un alojamiento rural muy especial.

Por aquí pasamos con frecuencia, lo hacemos para almorzar en su restaurante o tomar una de sus infusiones caseras en la terraza de la Casa de Té, observando desde el jardín y en la lejanía los altos edificios de la marina de Vilamoura tras la ribera de Quarteira.

Quinta do Mel es la hermana pequeña de Quinta do Freixo, una gran hacienda rural que la misma familia tiene en la aldea de Benafim en Loulé y donde cría ovejas de la raza ‘campaniça’. De ambos lugares proceden la mayoría de los productos que se comercializan en la coqueta tienda gourmet del restaurante: miel, hierbas aromáticas, licores o ese aguardiente de madroño con el que probamos aquí nuestra primera ‘caipirinha serrana’.

El restaurante y la Casa de Té están abierto todo el año y no sólo para los clientes del hotelito, así que, de vez en cuando, pasamos por aquí a desayunar antes de dar un largo paseo buscando espárragos trigueros por los alrededores; a merendar uno de esos zumos naturales que están tan ricos o una tarta casera, después de recorrer los caminos de su jardín de plantas aromáticas; o a disfrutar de la buena cocina del restaurante, que acaba de renovar su carta con propuestas muy interesantes basadas en el espíritu de la Dieta Mediterránea.

Para mí el restaurante está en mis preferencias por la zona de Albufeira, por su localización tan especial, por los detalles, por el ambiente, por los precios, por la buena oferta de vinos y porque se come muy bien, que al final es lo importante.

A lo hora del almuerzo, Quinta do Mel ofrece todas las semanas un cóctel de la casa y dos platos diarios, muchos de ellos de la carta, a un precio fijo de 9 euros. Platos que reproducen las rectas algarvias más emblemática como la açorda, las lulinhas, la cataplana, la feijoada, el arroz, el bacalao…

La carta es muy amplía, con guiños a la cocina internacional y con propuestas muy sugerentes para todos los gustos. Hay muchas opciones de entradas (tibornas, tablas de quesos y embutidos, almejas, mejillones, boquerones…), también de ensaladas, de sopas, y se incluyen platos vegetarianos y pastas caseras.

Y, por supuesto, no dejen de probar sus postres, sobre todo los tradicionales como la tarta de almendra, el dom rodrigo o ese maravilloso morgado.

Venir a Quinta do Mel es darte un lujo. El lujo de tomar algo disfrutando a la vez del verdor del campo, de los ricos olores que llegan del jardín, del silencio, que algunas noches se rompe con las veladas de una suave música en directo.

Si buscan algo auténtico por Albufeira y por el Algarve, una experiencia que le deje un dulce sabor de boca, pasen por Quinta do Mel y prueben.

DATOS DE INTERÉS

-Si quieres hacer una reserva en Quinta do Mel, pincha aquí.

-Precio medio del restaurante: 25 euros a la carta. Tiene dos platos del día para almorzar a 9 euros. El precio del brunch es de 19 euros.

-Los sábados ofrecen cena con música en vivo. Los jueves, a partir de las 10.30, realizan visitas guiadas y gratuitas para conocer el proceso productivo de sus hierbas aromáticas.