Cantarinha do Guadiana, la mano celestial de Isabel


Hay un destino en el Algarve que tiene una particularidad especial, un destino donde conviven dos culturas, dos países, unidos y a la vez separados por un río el Guadiana. Es el destino frontera, esa franja de Alcoutim a Vila Real de Santo António, pasando por Castro Marim, a un paso de España . Un territorio donde el río ha marcado la vida de sus gentes en todos sus aspectos, incluso en la comida, y el restaurante Cantarinha do Guadiana da buena cuenta de ello.


A mí me encanta escaparme por aquí algún que otro día del finde por muchos motivos: porque visitar otro país por unas horas siempre resulta emocionante, hasta exótico, y porque este territorio del Baixo Guadiana, que mantiene un pulso contra la despoblación, te inspira calma y te lleva al encuentro con la autenticidad y la naturaleza.


¿Qué hacemos por aquí? Elegimos algunos de los muchos senderos y caminamos por esos montes que se reflejan en el agua del río, siguiendo las huellas de las cabras, sin conexión de móvil, y con la sensación de tocar el otro lado de la frontera con tan solo alargar la mano. Y después bajamos a las aldeas, junto a la orilla, para saciar la sed de la caminata con una cerveza en los embarcaderos. La faena, impone nuestra tradición, se remata con una buena comida.


Para este último cometido más de una vez elegimos Laranjeiras y el restaurante Cantarinha do Guadiana, una especie de templo gastronómico para los buenos comensales, que el pasado año se mudó a Vila Real de Santo António, pero que continua sirviendo su comida a los pies del río, ahora en un local de la Avenida de la República.

Después de muchos años nos reencontramos con la comida de Isabel Ribeiro, que se ha llevado hasta Vila Real de Santo António su libro de recetas y muchos de los objetos y recuerdos del antiguo local, entre ellos una gran foto de la pintoresca terraza con bancos de madera frente al Guadiana en la que tanto nos gustaba sentarnos.


Reservamos antes de ir, y fue lo mejor, porque la cocina de Isabel sigue teniendo muchos fans por aquí y su mano para los guisos y la comida de río sigue siendo incuestionable y difícilmente superable. Además, no le faltan buenos vinos, sobre todo del Alentejo, para hacer un buen maridaje con sus platos.


Cómo era un día frío, después de picotear el queso de Foz de Odeleite que se vende también en el restaurante con una excelente confitura de naranja, nos zampamos una maravillosa sopa de tomate con pan y huevo, recién acaba de hacer. Un manjar por el que merece la pena esperar.


En Cantarinha la comida es de mercado, dependiendo de los productos de temporada la carta va cambiando con diferentes sugerencias día a día. En aquella ocasión había anguilas fritas, que para mí son una debilidad, más aún si llega acompañado de ese arroz de tomate al que la cocinera le da un punto de untuosidad y de sabor sublime. Si por algo es reconocida Isabel es precisamente por mantener vivo los platos tradicionales elaborados con los pescados del Guadiana, como la lamprea, el ensopado de ánguilas o la sopa de peces del río.


Otra de las propuestas del día era el cocido de alubias con repollo. Si disfrutan con estos guisos serranos, no dejen de probar el de esta casa, con batata cocida, una grandiosa pringá y ese toque de hierbabuena.


Y qué les puedo adelantar de los postres caseros. La torta de laranja es deliciosa, pero para mí fue sorprendente la de algarroba, tierna, cremosa y fresca, como ninguna que haya probado antes.


Una de las cosas que me resulta pintoresca y curiosa de las aldeas de la frontera es la imagen omnipresente de la Virgen de Fátima en sus puertas y fachadas, la recuerdo como un pequeño monumento en la entrada de Laranjeiras, la misma que preside desde el gran mostrador el restaurante de Cantarinha do Guadiana, quizá porque Isabel, su dueña, entiende como Santa Teresa que entre los pucheros además de su mano también debe estar la de Dios. Algo debe haber, porque la comida de aquí es celestial.

DATOS DE INTERÉS

-El restaurante Cantarinha do Guadiana está ubicado en un local de la Avenida de la República de la localidad de Vila Real de Santo António, en el número 4. Abre todos los días para almuerzos y cenas, menos los miércoles. Cierra por vacaciones del 22 al 29 de enero. 

-El precio medio por personas está entre los 15 y 20 euros. 

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